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Con sombrero de cartulina de colores brillantes, pito de fiesta y mancha de merengue en la mejilla llega a ustedes esta la Edición 52 del cumpleañero Boletín AlaMesa, que dentro de la piñata con forma de gorro de chef (los niños pidieron una de Spiderman, pero hay que ser consecuentes), trae caramelos, informaciones, datos y novedades sobre casi 180 restaurantes que forman parte de nuestro Directorio. Que conste que no nos gustan las edades señaladas ni los holgorios que celebran el paso del tiempo. Pretendemos para siempre mantener la lucidez y frescura de las primeras letras, y solo sumar a ellas la experiencia y una nota de ese escepticismo que generan los avatares de la vida y que no frena la disposición a buscar los sueños, sino que ayuda a enfrentar los peligros del entusiasmo inocente con el que acogemos a "la familia, la propiedad privada y el amor" y permite que seamos más objetivos y serios. Entonces, y filosofías de borracho feliz aparte, celebren con nosotros presentes y futuros aniversarios, cuelen en la fiesta a todos aquellos que consideren deberían probar cuña de nuestro cake, agasájennos con su presencia que siempre es milagro, y no traigan otro regalo que sus opiniones vertidas en agradecido buzón, ... y recuerden que todos, con copas de más y menos y música bailable incluida lo tenemos... todo cubierto. |
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Índice / OFERTAS / NUEVOS RESTAURANTES / TODOS ALAMESA / EN UNA CUCHARADA |
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Restaurante-Paladar Emperatriz / Calle 0,No.112 e/ 1ra y 3ra, Miramar, Playa |
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ARROZ FRITO DE YANG CHOW /$3.15 CUC
Arroz con camarones y jamón cocido. |
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CORDERO YANG CONG TOU /$2.50 CUC
Carne limpia de cordero, sazonada con salsa de soja, vino y salteada con cebolla. |
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LANGOSTA HUA SHENG /Entre $5.00 y $12.00 CUC
Guarnecida con suprema de naranja y piña glaseada espolvoreada con maní |
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Restaurante-Paladar Emperatriz / Calle 0,No.112 e/ 1ra y 3ra, Miramar, Playa |
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Cocina: Internacional, especializado en comida china |
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LA MINUTA MANUSCRITA: PANETELA CUBIERTA DE CHOCOLATE |
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Hace un par de semanas anunciamos que daríamos oportunidad y espacio a quienes nos leen para difundir sus experiencias en la cocina. Se trata de que personas, no necesariamente con formación y oficio dentro de la gastronomía, empleen nuestra cuartilla de rigor para, de la mano de alguna receta, compartir lo que han vivido y aprendido intentando conformar un plato. Todo lo que separa a la fría lista de ingredientes y modos de preparación de una verdadera anécdota. El presente escrito nos llega de la mano de Alina Rivero, quien gentilmente nos permite reproducirlo tras publicarlo en su bitácora personal. Moría de ganas de hacer con mis propias manos una panetela casera de chocolate... aunque admito que al final tuve ayuda y no de un simple asistente, sino un gran maestro que estuvo a mi lado en el proceso: Mi PAPÁ. Bajo el pretexto del cumpleaños de mi hermana menor puse obra a las manos y manos a los huevos, harina, azúcar, chocolate, vainilla, canela, aceite y por último maní en grano y molido. Como se trataba nada menos que del aniversario de mi hermanita, yo quería que el mérito de haber hecho el plato por vez primera y sin error fuera un regalo para ella, pero al final, el temor de quedar mal y sobre todo, de echar a perder la materia prima (cosa que no podemos darnos el lujo de hacer) me llevó a permitir que mi padre se ocupara de lo principal, incluso (me da un poco de vergüenza admitirlo, pero como comenté a alguien acá no soy capaz de mentir, ni siquiera cuando escribo a desconocidos) tuve algo de miedo de separar la clara de los huevos de la correspondiente yema. Y por el otro lado, como nada es perfecto, al final hasta el viejo metió sus "paticas" mal en el asunto. Tomamos las claras de 6 huevos y las batimos, fuimos agregando el azúcar correspondiente (300 ml), hasta que quedó a punto de merengue, le pusimos unas gotas de extracto de vainilla. Mientras, yo fui preparando el recipiente donde se le daría cocción (una olla de presión de 3 válvulas) a la que le puse aceite para que no se pegara la masa. Puede emplearse manteca y hasta mantequilla, lo cual le da sabor especial, pero esto era lo que teníamos más a mano. Pues resulta que luego de terminar, agregamos la mezcla a la olla y justo cuando estábamos limpiando el envase de los restos, mi papá se percató de un pequeño asuntito sin importancia: - Caramba!!!, se me olvidó echarle la harina Nunca intenten algo como eso en la vida real. Léanse este cuento completo y no vayan paso a paso, porque perfectamente se les cortan los 6 huevos y ahí van $9.00 pesos. Yo por mi parte, me eché a reír para evitar que mi papá explotara como una cafetera, como casi sucede en algunas ocasiones, cuando las cosas no nos salen bien, por estar, como dice siempre, comiendo... Nada, que la sangre no llegó al río, y la solución era actuar rápidamente: sacamos nuevamente todo el merengue, agregamos la harina previamente pasada por un colador bien fino. Volví a preparar la olla, la puse en la hornilla eléctrica, esperé guiándome por el olor para bajarla y... "¡¡¡gualáaaa!!!"... La masa quedó de un color pardo claro precioso y no solo estaba preciosa, sino que tenía un sabor... pero bueno, eso me queda para el final. Me tocó entonces la tarea de la decoración. Preparé un almíbar al que le puse una ramita de canela, que le cambia el gusto y le añade una fragancia totalmente diferente. Hice una natilla de chocolate. Aparte, trituré maní, una parte la convertí en un polvo fino, y la otra en un cernido más grueso, lo que me ayudó a decorar el relieve. Corté la panetela a la mitad y la bañé en almíbar, entre ambas mitades puse una capa gruesa de natilla, solidificada hasta parecer una crema. Encima de esta puse el maní y la cubrí con la otra mitad de la torta. Esta la decoré con la natilla, le espolvoreé maní en los laterales y también en la parte superior. Conformé un aro de maní más grueso por todo el borde superior y usé granos de maní para escribir las letras. Con la modestia bien aparte, me quedó muy linda y quienes la probaron se quedaron con ganas de una segunda ronda. Hay quienes me preguntan por qué no añadí levadura o una pizca de bicarbonato, usual en estos casos. El asunto es que nos dimos cuenta que prescindiendo de estos ingredientes, principalmente del bicarbonato,la masa queda mucho más suave y fina, especialmente si se usa maicena. |
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