Logo Alamesa Boletín Semanal AlaMesa | NO. 29/2012

Debajo de la servilleta que acompaña a su orden de cerveza fría, deslizamos la edición 60 de este Boletín AlaMesa, vigésimo novena de este año y que dispone para usted novedades e informaciones sobre los restaurantes que forman parte de nuestro Directorio.

Sabemos que no está en casa, que no está en la oficina ni en el aula, que no está en el laboratorio, el taller o la consulta, sabemos que salió a la búsqueda del Verano Prometido y que no regresará con las manos vacías. Es por eso que trabajamos incansablemente... bueno, nuestro mensajero con gorro de chef trabaja incansablemente (el resto de nosotros trabajamos cansablemente) para encontrarlo. Si lo hallamos a la orilla de la playa, en tumbona bien orientada (de norte a sur o viceversa según corresponda) es nuestro deber darle los datos requeridos para que, abandonado su cómodo puesto, salga usted a por el restaurante más cercano y apropiado para su gusto. Le habíamos dicho en otra estación que teníamos la propuesta perfecta para cada quien y más que eso que ¡Podemos probarlo!

Entonces, pásenos sin dudar al resto de los bañistas, denos como propina al servicial camarero, al salvavidas y al heladero (que playa sin helado es como bar sin banquetas), recuerden que usted y nosotros, sin tabla de surf ni sky acuático, lo tenemos... todo cubierto.

Índice / OFERTAS / NUEVOS RESTAURANTES / TODOS ALAMESA
OFERTAS (3)
Restaurante- Paladar Maná / Santa Catalina No. 607 e/ Mayía y Lazola, Víbora. 
TABLE NO. 4 /$5.90 CUC

Entrante de ocasión, Chilindrón guarnecido con Arroz moro o Arroz blanco con frijoles, Vianda, Ensalada y Postre.

Restaurante-Paladar La Buena Vida /  Calle 46 No. 917 e/ 9 y 11, Playa / 202 5816
ARROZ CON NUEZ MOSCADA, VINO BLANCO, PARMESANO Y RALLADURA DE LIMÓN /$2.30 CUC
TORRE DE VEGETALES CON SALSA DE GARBANZOS AROMÁTICOS Y FRIJOLES NEGROS AL VINO TINTO /$12.10 CUC
NUEVOS RESTAURANTES (2)
Restaurante-Paladar La Buena Vida /  Calle 46 No. 917 e/ 9 y 11, Playa / 202 5816

Cocina: Vegetariana
Precio promedio: Entre $8.00 y $14.00 CUC
Horario: De 12:00 m a 12:00 pm. Todos los días.
Detalles: Detalles: Parqueo, Accesible, Climatizado, Comida para llevar, Música grabada, Área de fumadores, Terraza o jardín, Carta de vinos, Bar, Desayuno, Reservación de salón, Servicio de buffet para eventos.
En internet: http://www.alamesacuba.com/restaurant/la-buena-vida/

Restaurante-Paladar Habibi /  Ave 81 No. 12223 e/ 122 124, Marianao / 267 0387

Cocina: Internacional
Precio promedio: Hasta $7.00 CUC
Horario: De 12:00 m a 12:00 pm. Martes a Domingo.
Detalles: Accesible, climatizado, Comida para llevar, Música grabada, Carta de vinos, Bar, Código de vestir, Reservación de salón, Servicio de buffet para eventos.
En internet: http://www.alamesacuba http://www.alamesacuba.com/restaurant/habibi/.com/restaurant/habibi/

TODOS ALAMESA
DESDE LA FILA INDIA

Hacer colas parece atado a la realidad cotidiana del cubano promedio como las narices al oxígeno. De hecho, todos los que vivimos en esta Isla en Singular parecemos compartir la percepción de que hacemos más filas que todos los demás en el resto del mundo puestos juntos, percepción que a menudo podría quedar defraudada, pero no es ese el tema del presente escrito, ni mucho menos.

La visita a un restaurante es una experiencia sensorial disfrutada por quien la vive desde la misma elección del lugar. El establecimiento designado, la comunicación a los invitados asistentes, la ropa que se vestirá para la ocasión, la ruta determinada para llegar, todos los elementos pueden ser fuente de un placer que culmina en el recuerdo.

Sobre casi todos estos elementos hay consenso: una abrumadora mayoría coincide en qué es desagradable y qué placentero del conjunto de todo lo que nos puede ocurrir en una circunstancia como esta. Sin embargo, el hecho de tener que enfrentar una cola a las puertas de un restaurante suele generar percepciones diversas. No sonría, mire, están los que la perciben como un mal menor, necesario para acceder a sitios con buena relación calidad/cantidad/precio/prestigio, los que lo ven como un buen momento para socializar, como parte misma de la experiencia o los que la catalogan de un incordio al que solo se somenten en condiciones muy específicas, de preferencia... nunca.

Como es evidente, toda percepción de este fenómeno está matizada por una serie de factores propios de la circunstancia y del individuo que está viviendo la experiencia. El propósito de la salida y las personas que nos acompañan, la duración de la espera, las condiciones en las que dicha espera tiene lugar, es decir, facilidades que brinda el espacio en el que ocurre, la gestión que realiza el restaurante y hasta elementos subjetivos como el caracter de los clientes y su predisposición o no a esperar; tienen influencia en este caso.

Del lado de nosotros los clientes, está claro que este es un elemento a ponderar a la hora de elegir el lugar en donde queremos pasar una buena velada. La información previa sobre las condiciones del establecimiento y la determinación de cuales son nuestras necesidades como clientes son requeridas.

Cruzando la acera hacia la perspectiva del propietario del restaurante, el tema es más complejo.

Resulta evidente (e incluso hemos dedicado párrafos a ello en estas mismas muy digitales páginas) que tener un alto flujo de clientes no solo es un mecanismo para garantizar rotación de los productos y por tanto calidad y subsecuentemente rentabilidad. Es también un mecanismo promocional.

Para quien observa, una cola en el exterior de un restaurante es signo de su éxito comercial y artístico (defendemos que la gastronomía es arte, y quien visita un restaurante lo hacen esperando tanto talento como en un teatro), una garantía más o menos confiable de calidad, una fuente de información sobre el lugar (todos conocemos a alguien en una cola, aunque nunca lo encontremos cuando queremos colarnos).

Del otro lado de la balanza, la concentracióen de personas que esperan en un espacio vulnerable, constituye un riesgo de seguridad para el establecimiento y sus clientes. Transpira a la vez una verdad incontrastable: el restaurante no está en capacidad de procesar con la "planta instalada" el flujo de personas que enfrenta, lo que evidencia falta de previsión y limitaciones en el trabajo de la administración. Sin embargo, el impacto más negativo para el establecimiento viene en virtud del grado de (in)satisfacción del cliente.

¿Como encontrar un balance?

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