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Recomendaciones para combatir el calor comiendo.
Si tecleamos en nuestro buscador "comida contra el calor" saldrán cientos de miles de resultados de páginas con ideas de menús, ingredientes, elaboraciones y recetas. Pero ¿realmente existen las soluciones culinarias contra las altas temperaturas?
En realidad no. Nos explicamos mejor: Puede parecer evidente que si consumimos alimentos fresquitos o a temperatura ambiente vamos a conseguir poner a raya la sensación de calor, pero no es así como funciona.
Enumerar algunos de los alimentos que pueden ayudarnos a luchar contra el calor puede parecer una temática evidente, pero de la mano de los expertos puede convertirse en una de las claves para refrescar nuestro verano.
1. Recuperar agua y sales minerales
Parece que fruta y refrescante son dos palabras que van de la mano, pero unas lo son más que otras, según el aporte de agua que conseguimos a través de ellas.
Y un detalle interesante para los que intentan cuidar la línea más allá de la operación bikini: cuanto más agua tiene un alimento, mayor es la sensación de saciedad. Por ejemplo, consumir una uva fresca sacia mucho más que consumir una uva pasa porque posee un mayor volumen de agua en su interior.
Lo ideal para hidratar el cuerpo, además de beber agua y únicamente agua, es consumir frutas, verduras y hortalizas. En general alimentos con bajo contenido en grasas o hidratos de carbono.
Ambas poseen la misma cantidad de azúcar pero para saciar el hambre tendrías que consumir una cantidad ingente de uvas pasas para sentir la misma saciedad que con las uvas frescas.
Pero las uvas, son frutas de invierno. ¿Qué frutas son las que más hidratan estando de temporada en verano? Tomen nota: melón, mango, níspero, aguacate, piña, etc. Entre las verduras, berenjena, tomate, lechuga, pepino, cebolla, son algunas de las recomendaciones.
Y con todos estos ingredientes, las combinaciones son infinitas. Por citar algunas ideas, os damos varios ejemplos de sopas frías: de tomate y melón, de pepino y otros. Otra idea recurrente puede ser un tabulé de verdura fresca con pepino y hierbabuena.
2. Evitar exceso de grasas e hidratos de carbono
Cuanto más pesadas son las digestiones en verano, mayor es la sensación de calor. Con el calor es recomendable consumir platos ligeros para favorecer la digestión. Y una alimentación sencilla se digiere mejor.
Por ejemplo menús de platos únicos o de algunos de los ingredientes mal llamados superalimentos pueden ser una buena idea. Uno de estos ingredientes con múltiples beneficios nutricionales asociados son las legumbres.
A veces asociamos las legumbres sólo al potaje pero nos olvidamos de que las ensaladas de legumbres pueden ser muy recomendables frente al calor. Poseen vitaminas, fibra, minerales y no tienen colesterol.
Si a un alimento con mucho hierro se le añade un ingrediente con vitamina C, nuestro cuerpo multiplica su capacidad de absorber ese hierro.
Un ejemplo ideal de un plato único completo, nutritivo y refrescante sería una ensalada con alguna legumbre, como la lenteja, un cereal, como el arroz y alguna fruta.
¿Y por qué esta combinación? Porque si mezclamos cereales y legumbres conseguimos un plato con una proteína de alto valor biológico y nutricionalmente muy completo, que posee todos los aminoácidos en cantidades suficientes para cubrir las necesidades de nuestro organismo.
Otro ejemplo en esta línea sería el hummus (crema de garbanzo) elaborado con zumo de limón.
3. Sí a las comidas picantes
Puede parecer broma o paradoja, es pero es cierto: los ingredientes picantes fomentan la transpiración, que es nuestro sistema natural de refrigeración. Hay alimentos más fresquitos como por ejemplo los helados de agua y los granizados que ofrecen una sensación de frescor instantánea pero también mucho más volátil, ya que la temperatura del cuerpo desciende rápidamente y nuestro mecanismo trata de paliarlo, cosa que ocurre muy fácil y rápidamente en verano.
Si consumimos picante, la sensación de frescor tarda en llegar pero cuando lo hace es más efectiva. Al principio sentimos calor, pero cuando a través del sudor, el cuerpo consigue rebajar la temperatura, lo hace de forma más solvente. En países como México, la India o Corea del Sur conocen bien esta sensación de frescor, ya que el picante forma parte de su dieta diaria. Sin embargo aquí tenemos una tolerancia muy reducida al picante.
4. Alimentos crudos o cocinados de forma ligera
Por ejemplo el sushi, elaborado a base de arroz cocido y vinagre, acompañado normalmente por pescado crudo, aunque también puede combinarse con verduras. Es fresco y de digestión rápida.
Parece que todas las recomendaciones corresponden a primeros platos pero no es así. En verano también podemos tener primero, segundo y postre sin sufrir por las altas temperaturas y para ello el truco está en variar algunas de las cocciones a las que estamos acostumbrados. Es decir, para empezar, nada de rebozados, fritos y salsas. Se recomienda comer alimentos crudos o cocinados a la parrilla, plancha, horno y barbacoa.
5. Evitar caer en los mitos
En el campo de las recomendaciones culinarias, y teniendo en cuenta que todos nosotros creemos saber algo de comida, puesto que todos comemos, sería conveniente tratar de evitar ciertos mitos. No debemos limitarnos a mantenernos frescos a base de comer alimentos fríos o a temperatura ambiente, sino que hay que intentar ir un paso más allá.
Las claves ya se las hemos dado: alimentos con alto poder de hidratación como frutas y verduras, cocina ligera, cocciones saludables, evitar los excesos de grasas y a quienes los toleren, ingredientes picantes.
Así que ya lo saben, para luchar contra el calor con la comida, no se trata de hincharse a helados, pero si aún así eligen hacerlo, mejor que sean sorbetes, granizados o durofríos.
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